Hoy me encuentro con un gran dilema, anoche después de varios días sin salir, me retrasé un poco con las amigas tomando unas copillas y fumando unos cigarrillos... llegué un poco tarde pero siempre sin desperdiciar mis ocho horas de sueño, bueno amigas pues esta mañana a la hora de siempre, estaba que no era persona, no tenía pellejo de levantarme de la cama, gracias que la ducha lo arregla todo pude recomponerme...
A mis 35 años, sigo siendo la niña de sus ojos (para mi madre) y yo me siento más niña de lo que a veces me hace sentir mi madre, pero con experiencias como la de anoche, creo que es la señal inequivoca de que los años van pesando cada vez más, aunque nosotras nos queramos estancar en una eterna juventud...
Puede ser que la mente nos juegue esas malas pasadas, claro siempre andamos con el mismo cuerpo y nos empeñamos en vestir como las niñas de nuestro tiempo, al mirarnos al espejo seguimos empeñadas en tener 20 años, pero no amigas, que ya votamos de los 30 y somos mujeres adultas, y por tanto tenemos que cambiar el chip a los acontecimientos que se nos avecinan ( primeras arrugas, achaques, las cervicales,)... y eso contando con que nuestro "coco" no nos falle...
2 comentarios:
aunque estoy a ounto de llegar a los 30 depende de la cicatriz que me mire en el cuerpo mesiento joven o más joven aún.
en mí, sentirme joven es directamente proporcional a sentirme vulnerabley maniataa....a veces, si los que me rodean cumplen cieros requisitos, viene a mí una juveud vital...y sólo entonces entiendo el concepto de "familia"
:)
Es verdad que los años van pasando y no notamos los cambios hasta que nos encontramos con una situación así...pero lo importante es que la mente siga tirando de tu cuerpo. Cuando los dos vayan al mismo ritmo...la habremos liado :-s
(Y, por cierto, que te queda vitalidad para rato, que lo sé yo :P)
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